¿CÓMO ACTÚO SI MI HIJO/A TIENE UNA RABIETA?
Las rabietas suelen producirse por varios motivos:
·
Cuando el niño/a está haciendo algo y le
ordenamos hacer otra cosa (por ejemplo, está jugando y le decimos que hay que
bañarse)
·
Cuando le decimos que no a algo que desea (nos
negamos a comprarle un paquete de galletas en el supermercado)
·
Cuando se frustran porque algo no sale como
ellos quieren (pierden a algún juego)
·
A veces se producen como llamadas de atención.
Cuando las rabietas son intensas, se prolongan en el tiempo,
o se producen en público, suelen alterar a los padres y hacerles perder la
paciencia, pero debéis recordar que vosotros sois los adultos y, por tanto,
debéis mantener la calma. Vuestro hijo no ha adquirido todavía la capacidad
para controlar sus emociones pero vosotros sí. Así que no os pongáis a gritar
como él ni entréis en su juego.
En lugar de esto, debemos ignorar esas llamadas de atención
(siempre y cuando el niño/a no corra peligro, por ejemplo porque haya unas
escaleras cerca o esquinas con las que poder golpearse). Si esto ocurre,
primero dejamos al niño en un lugar seguro y luego le decimos que no le vamos a
atender hasta que esté calmado.
¿Cómo ignoramos
las rabietas?
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Mantener una expresión facial neutra.
·
Alejaos. No debe haber contacto físico.
·
No hablarle ni hacer caso a sus palabras. No contestarle.
·
Cuando comience la mala conducta ignorarla de
inmediato.
·
Ignorar la mala conducta todas las veces
que ocurra.
·
No ceder ninguna vez a sus exigencias, si lo
hacemos, estamos propiciando que las rabietas se repitan e incluso ganen
intensidad en otras ocasiones.
Es importante tener en cuenta que al usar la técnica de
ignorar, el comportamiento de vuestro hijo/a primero empeorará, pero si
persistís en ignorar su conducta y no cedéis, con toda seguridad conseguiréis
que mejore. Para ello es importante que actuéis siempre de la misma manera y
que combinéis esta técnica con la de elogiar y prestar atención a los buenos
comportamientos.
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