¿CÓMO ENSEÑARLE A TU HIJ@ A CONTROLAR ESFÍNTERES?



El control voluntario de esfínteres es un mecanismo muy complejo que necesita de una maduración neurológica para poder llevarse a cabo. La edad adecuada para empezar este aprendizaje es a partir de los dos años. Hay que tener en cuenta que los niños aprenden más tarde que las niñas por cuestiones de maduración fisiológica. 

Así mismo, el control de esfínteres suele seguir una secuencia común en la mayoría de los niños: 1º se controla la defecación nocturna, 2º la defecación diurna, 3º la micción diurna y por último la micción nocturna.

La defecación nocturna suele controlarse sin llevar a cabo un entrenamiento explícito, sin embargo, las deposiciones diurnas sí requieren un proceso de aprendizaje controlado y supervisado por los padres. Por tanto, la enseñanza del control de esfínteres debe comenzar con las deposiciones diurnas, y cuando éstas se controlen, pasar a entrenar el control de la micción nocturna.

 El comportamiento de los padres en relación a este aprendizaje no debe ser demasiado estricto y tampoco empezar excesivamente temprano. También hay que tener en cuenta que, una vez iniciado el proceso de aprendizaje, éste no debe alterarse de forma arbitraria, poniéndole y quitándole los pañales a conveniencia (salidas, visitas…). Se trata de que el niño/a comprenda qué, cómo y dónde debe hacer siempre sus necesidades, de manera que la rutina y la constancia es fundamental. Para facilitar este proceso es recomendable iniciar el entrenamiento en periodos vacacionales, a ser posible en periodo estival, a fin de facilitar que los padres puedan dedicarle más tiempo y que el niño lleve ropa más ligera, ya que habrá que cambiarlo cuando no consiga hacer sus deposiciones en el orinal o en el WC.

 Para saber cuándo nuestro hijo está preparado para empezar el control de esfínteres debemos observar una serie de indicadores:

  • El niño/a es capaz de entender órdenes sencillas.
  • El niño/a es capaz de desplazarse de manera autónoma. 
  • El niño/a se siente incómodo cuando está sucio o mojado.
  •  El niño/a logra reconocer señales corporales que le indican la necesidad de evacuar (esto podemos observarlo cuando nuestro hijo camina de un lado a otro, se toca los genitales, etc. antes de evacuar.)
  •   El niño/a es capaz de posponer (aunque sea muy poco tiempo) la satisfacción de esta necesidad.
  •   Comienza a mostrar regularidad en sus conductas evacuatorias (tener un horario más o menos regular para orinar y hacer caca)
  •  Tras poner al niño/a con regularidad en el orinal, éste defeca o micciona la mayoría de las veces que lo ponemos.
 
Para comenzar el entrenamiento, debemos explicarle a nuestro hijo/a que le vamos a quitar el pañal porque ya es mayor, esto le hará sentir orgulloso y aumentará su motivación por aprender a evacuar en el orinal.

También debemos enseñarle todos los pasos que hay que seguir a la hora de usar el orinal (quitarse la ropa, sentarse en el orinal para evacuar, coger papel higiénico o toallitas húmedas, limpiarse, tirar el papel, vestirse, limpiar el orinal y tirar de la cadena del WC, lavarse y secarse las manos). Para ello podemos hacer uso de algún muñeco y jugar a que éste usa el orinal.

Si en vez del orinal, se sienta al niño/a en el WC, es recomendable usar un adaptador para evitar la angustia que sienten algunos niños por la sensación de caerse dentro. 

Después de explicarle todos los pasos que hay que seguir, ponemos al niño en el orinal (no más de 10 minutos) y lo alabamos por permanecer sentado. Si hace pipí o caca también lo felicitamos inmediatamente.
Durante los 15 primeros días, podemos sentarlo cada dos horas y cada vez que evacúe se le felicita y también se le puede premiar con algo que le guste. Si durante este tiempo, el niño/a va controlando, pasamos a sentarle cada dos horas y media. Se le refuerza de igual manera cuando defeque o miccione.
Después de otros 15 días, si controla bien, sentarlo cada tres horas

A partir de este momento se le reforzará cada dos veces que haga sus deposiciones en el orinal.
Pasados otros 15 días, reforzar únicamente al final del día.
Por último, retirar el refuerzo, ya que no lo necesita.

Una vez conseguido el control durante el día, le quitaremos los pañales durante la noche. Es muy importante, que el niño/a vaya a hacer pipí todas las noches antes de acostarse. Es probable que al principio no aguante toda la noche seco/a, por lo que le despertaremos a media noche para que vaya a hacer pis. Si vemos que está mojado, la siguiente noche lo levantamos un poco antes. 

Para ayudarle a controlar el pis durante más tiempo, es conveniente jugar durante el día a soltar y retener el pis varias veces, cada vez que vaya al WC. 
 
Para finalizar, es importante señalar que este proceso de aprendizaje va destinado a niños con un desarrollo evolutivo normalizado. En caso de niños con algún retraso en su desarrollo o que, teniendo una edad superior a 4 ó 5 años aún no han aprendido a controlar esfínteres, se requiere de otros procedimientos específicos supervisados por un profesional.

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